El
verano es una época del año que muchas personas esperan con ansias para
disfrutar de actividades al aire libre, pero también puede ser peligrosa si no
se toman medidas para protegerse del calor. Las altas temperaturas pueden
causar deshidratación, golpe de calor e incluso la muerte en casos extremos.
Aquí te presentamos algunas formas de protegerte.
- Bebe suficiente agua: Mantenerse
hidratado es esencial para prevenir la deshidratación. Bebe al menos 8
vasos de agua al día, y aumenta la ingesta si estás haciendo ejercicio o
sudando mucho.
- Usa ropa adecuada: Opta por ropa ligera,
de colores claros y de materiales transpirables como el algodón o el lino.
Evita usar ropa ajustada o sintética que pueda aumentar la temperatura
corporal.
- Protege tu piel: Usa protector solar con
un factor de protección solar (SPF) de al menos 30 y reaplica cada 2
horas. También puedes usar sombreros de ala ancha y gafas de sol para
proteger tu piel y ojos del sol.
- Evita la exposición al sol en las horas
más calurosas: Trata de permanecer en interiores o en la sombra durante
las horas de mayor calor del día, generalmente entre las 11 a.m. y las 4
p.m.
- Refréscate con agua: Tomar una ducha
fresca o sumergirte en una piscina puede ayudarte a reducir la temperatura
corporal y refrescarte.
- Usa ventiladores o aires acondicionados:
Si estás en interiores, asegúrate de tener un ventilador o aire
acondicionado para reducir la temperatura ambiente.
- Reduce la actividad física: Evita hacer
ejercicio extenuante durante las horas más calurosas del día y busca
actividades más suaves en su lugar.
En
resumen, protegerse del calor implica mantenerse hidratado, vestirse adecuadamente,
proteger la piel, evitar la exposición al sol en las horas más calurosas,
refrescarse con agua, usar ventiladores o aires acondicionados y reducir la
actividad física. Si sigues estos consejos, podrás disfrutar del clima sin
poner en riesgo tu salud.